Uno de los objetivos es propiciar escenarios de reflexión para la acción a partir del compromiso político, institucional y social sobre la prevención del embarazo en la infancia y la adolescencia.
Durante la semana, se realizarán tomas educativas en instituciones priorizadas, donde los estudiantes podrán realizar carteleras, canciones, bailes con mensajes alusivos a la prevención de embarazos.
Desde la Comisión Departamental Intersectorial para la Promoción y Garantía de los Derechos Sexuales y Reproductivos, se trabaja en la concertación de acciones con todos los actores involucrados para la prevención del embarazo adolescente.
Para esta Semana Andina 2022 se implementó una estrategia de comunicación y sensibilización en el marco de la iniciativa ‘Hablemos Claro y Pelao’.
La secretaria de Salud, Alma Solano, explicó que “con esto se busca promover el reconocimiento, apropiación y ejercicio de lo derecho sexuales y derechos reproductivos desde los diferentes entornos, a través de estrategias de incidencia, movilización social, información, educación y comunicación. Prevenir el embarazo subsiguiente, garantizando que niñas y mujeres adolescentes, que ya han sido madres o han estado en embarazo, reciban información y accedan a métodos anticonceptivos”.
Del 19 al 23 de septiembre se realizarán actividades en los municipios, tomas educativas en instituciones priorizadas, donde los estudiantes podrán realizar carteleras, canciones, bailes con mensajes alusivos a la prevención de embarazos en adolescentes.
Gracias al trabajo que viene adelantando la Secretaría de Salud Departamental, en los últimos años se ha venido presentando en el Atlántico una disminución de embarazos en niñas, adolescentes y jóvenes, entre 10 y 19 años de edad. Pasó de 22.5 por ciento en 2019 a 20.9 por ciento en 2020 y a 20 por ciento en 2021. En 2022, a corte del 31 de julio, los embarazos de adolescentes se encuentran en 19.5 por ciento.
“Debemos seguir trabajando juntos en la promoción de factores protectores como una educación adecuada en salud sexual y reproductiva, una comunicación intrafamiliar adecuada y fluida, pertenencia a grupos o redes de apoyo, tener un proyecto de vida claro y trabajar por lograrlo, entre otros”, indicó la Secretaria de Salud Departamental.
El embarazo en adolescentes afecta más a los jóvenes en situaciones de vulnerabilidad social, contribuyendo a la exclusión social y la reproducción de los ciclos de pobreza, se relaciona con dificultades para continuar en el sistema educativo, en la situación económica familiar y en la consolidación del proyecto de vida.
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