La gobernadora, Elsa Noguera develó monumentos de los inmigrantes que entraron por Puerto Colombia, asiáticos, franceses e italianos, que serán otros de los atractivos turísticos del municipio.
La entrega de estos monumentos representa un proceso de recuperación de la memoria histórica y el fortalecimiento del turismo en la plaza y el muelle de Puerto Colombia.
“¡Volvieron a llegar los inmigrantes a Puerto Colombia! Desde hoy, los atlanticenses y turistas que visiten la plaza y el muelle se encontrarán con las primeras tres obras que rinden homenaje a las familias provenientes del oriente, Francia e Italia, quienes arribaron a Colombia por el muelle hace más de un siglo y se quedaron para aportar al desarrollo de nuestro departamento. Ya sabes, si tienes apellidos del oriente, italiano o francés, no dejes de venir a tomarte la selfie con los inmigrantes que llegaron por este muelle. Y si tus descendientes son de otro lugar del mundo, no te preocupes, que de aquí a diciembre seguirán llegando más personajes a la plaza de Puerto Colombia”, expresó la mandataria, durante el acto oficial.
La primera obra, ubicada en el tramo inicial del muelle, es una mujer que sostiene una sombrilla oriental, vestida con un atuendo tradicional chino rojo con apliques dorados y adornado con flores de cerezo. Si caminamos del muelle hacia la plaza, nos encontramos con un fotógrafo francés, engalanado con su traje de sastre de época y una infaltable boina francesa. A unos cuantos pasos, sentado con vista al horizonte, un gondolero veneciano sostiene un remo.
La Gobernadora explicó que los inmigrantes forman parte del trabajo de recuperación de la memoria histórica, un proceso realizado de manera articulada con la Alcaldía, la Fundación Puerto Colombia, los descendientes de inmigrantes, los consulados y la comunidad. "Con esta puesta en escena artística, se mantiene vivo el patrimonio cultural que los inmigrantes le aportaron a nuestra identidad, logrando así revivir la experiencia de 1920, mientras se disfruta del espacio público frente al mar", agregó Noguera.
La secretaria de Cultura y Patrimonio, Diana Acosta, aseguró que "el Atlántico sigue siendo un crisol de culturas donde, independientemente de las distintas tradiciones u orígenes, hemos encontrado la forma de construir una historia en común y este proceso es la oportunidad para conocer y preservar nuestra memoria colectiva”.
*El legado de inmigrantes hecho arte*
Las obras hacen parte del trabajo de la artista Elsa Marina Losada, conocida como Elmar. Cada pieza pesa entre 250 y 300 kilos, el tamaño promedio superan 1,60 metros de alto. Para su elaboración fueron requeridos entre 6 mil y 8 mil piezas de materiales como porcelana, cerámica, smalti italiano, piedras semipreciosas, entre otros recursos utilizados en la técnica de mosaico, sobre las figuras en bronce. La calidad estética de las obras está sustentada en una investigación sobre la historia que tienen estas comunidades migrantes en nuestro departamento.
El Atlántico ha recibido a lo largo de los años a familias procedentes de China, Japón, Corea, entre otros países del continente asiático. En particular, la comunidad china conforma actualmente una de las colonias más numerosas en la capital del Atlántico, con 960 familias radicadas hoy en Barranquilla. El aporte más fuerte de los chinos a la cultura costeña se da en la gastronomía. Además, su impacto en otros sectores del comercio ha sido parte fundamental del desarrollo del departamento.
“Es un reconocimiento a la colonia y a la presencia de los chinos en el Atlántico, y es muy importante porque somos una comunidad bastante representativa. La obra es un acto muy bonito y significativo que nos llena de orgullo, tanto para los mayores como los descendientes que nacimos aquí. Mi tatarabuelo llegó por el muelle en 1890 aproximadamente, según las indagaciones que hicimos”, contó Tomás Chin, representante de la colonia China en Barranquilla.
Una de las historias que está por reconstruirse de manera unitaria es la de la llegada de los franceses a Barranquilla, ya sea a través de Puerto Colombia, desde el Urabá o por el terminal marítimo directamente entre los siglos XVIII y XX. Entre los personajes destacados de esa migración está el francés Eliseo Reclus, geógrafo y naturalista, quien llegó a Barranquilla entre 1855 y 1860 en condición de viajero de paso, y quien fue clave para promover el auge comercial de la ciudad en Europa.
Por otra parte, en 1905 llega una destacada familia de franceses a Barranquilla: los Dugand, con el patriarca Francisco Víctor a la cabeza, quien había entrado al país por Riohacha en 1872. A Barranquilla llegó con su esposa, la dama guajira Reyes Gnecco, y fundó el muy reconocido Banco Dugand.
“Para mí, como francesa, me encantó este homenaje muy lindo que cuenta una historia por sí sola. Los franceses hemos aportado desde el arte, la fotografía, la banca y muchas cosas. Por parte de la Alianza y de la comunidad francesa que está todavía aquí, queremos seguir aportando desde la gastronomía, el arte, el idioma francés, que también se enseña en muchas escuelas, y seguimos haciendo un puente entre Francia y el Atlántico”, destacó la directora de la Alianza Francesa de Barranquilla, Karine Christophe.
Desde el siglo XIX, Barranquilla comenzó a recibir un gran número de familias italianas, muchas desembarcaron en el Muelle de Puerto Colombia. Gran parte de estos inmigrantes venían huyendo de las dos guerras mundiales y, para llegar a nuestro país, era obligado este punto del Caribe. A finales del siglo XIX, ya había una floreciente actividad empresarial italiana, que se consolidó a principios del siglo XX.
La huella italiana también se nota en la llegada de la ópera, con la gastronomía muy presente en el trabajo con las pastas; y las obras monumentales. Por ese lado, se destacan los diseños de la Catedral Metropolitana María Reina, elaborados por Angelo Mazzoni en 1951.
“La comunidad está muy orgullosa y muy feliz de tener este reconocimiento por parte de la Gobernación. La migración tiene dos elementos importantes: la necesidad de los que se van de su país porque están buscando un nuevo horizonte; y la otra es la capacidad de recibir y ayudar a los migrantes, y eso en eso ha sido espectacular, los italianos que se han radicado han aportado de diferentes maneras y la verdad es que estamos muy contentos”, declaró el cónsul de Italia en Barranquilla, Furio Ricciardiello.
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