En el corazón de la despensa colombiana, las matronas atesoran saberes ancestrales transmitidos de generación en generación. Con una conexión única con la naturaleza, ellas siembran, cosechan, preparan y combinan los ingredientes más exquisitos de la tierra. En Sabor Barranquilla 2023, del 24 al 27 de agosto en el Centro de Eventos del Caribe, Puerta de Oro, estas maestras del fuego y del mantel recibirán un merecido tributo.
Directamente desde el Pacífico, Basilia Murillo y Sonia Mena, expertas conocedoras de los tesoros culinarios de esa región, serán las invitadas centrales. Basilia, con 40 años de experiencia en la Galería La Alameda de Cali, ha trabajado incansablemente por rescatar y promover la cocina tradicional del Pacífico colombiano. Reconocida a nivel nacional e internacional, su sazón la ha llevado a recibir distinciones como la Mención de Reconocimiento de la Honorable Cámara de Representantes de Colombia y el Premio La Barra Elite Profesional.
Por su parte, Sonia Mena, fusionando el sabor de dos mares, se autodenomina "chocuana-cartagenera". Especialista en fritos, ha conquistado el Festival del Frito Cartagenero alzándose como Reina de Reinas, triunfando en todas las modalidades por 14 años consecutivos. Su negocio de fritos y pasteles combina lo mejor del Pacífico y el Caribe, ofreciendo a sus comensales una experiencia inigualable con sancochos, pasteles, dulces y asados.
En Sabor Barranquilla, estas matronas compartirán su sabiduría ancestral y la riqueza de sus preparaciones culinarias, honrando así su invaluable contribución a las tradiciones gastronómicas del Caribe colombiano. La feria promete deleitar los paladares de los asistentes y rendir un merecido homenaje a quienes preservan la esencia del sabor caribeño.
De Barrio Abajo para el mundo Como muchas matronas, la representación de Barranquilla llega desde Barrio Abajo, con un conocimiento invaluable transmitido de generación en generación. Así aprendieron Yesenia Crespo y Yomaira Herrera.
Yesenia Crespo dice que sigue los pasos de su abuela, “la verdadera matrona”, de quien recibió todo un legado gastronómico de sancochos, arroces y fritos. Ella, a su vez, heredó el don por enseñar, y así se convirtió en maestra. Estando al frente de los alumnos del grado de Transición, a Yesenia le llegó la invitación para cursar un diplomado de cocina tradicional. Su trabajo final fue Edu-cocina, un proyecto pedagógico que unió los grandes talentos de Yesenia: educar y cocinar.
Como hija de Barrio Abajo, se involucró en los procesos de desarrollo cultural del sector, que fue catalogado como Área de Desarrollo Naranja, y así su negocio salió de la cocina a la calle, a la terraza. La Ruta de la Marimonda, un recorrido para estimular el turismo en el sector, catapultó más el negocio familiar, que comenzó a tener vitrina en escenarios como Sabor Bajero, Fogones del Saber Afro, Arrocito en Bajo y La Chambaculera, un espacio gastro cultural con formato de bordillo e inmersión en las casas de las matronas del sector de Chambacú, en su amado Barrio Abajo. Allí vende su sancocho de pescado, su cayeye gratinado y sus reconocidas bebidas micheladas de frutas.
Yomaira Herrera también es matrona de Barrio Abajo. Aprendió de su mamá, quien tenía una microempresa de buñuelos de mazorca. Cuando la época del maíz escaseaba, se dedicaba a otras preparaciones: mazamorra, dulces, alegrías… Todo eso lo absorbió Yomaira, pero sin duda su especialidad son los fritos y los sancochos. Empezó a perfeccionarlos entre más los hacía, cada fin de semana, para costearse su carrera de Enfermería. Fue en el Hospital de Barranquilla donde hizo sus prácticas y donde llevaba
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