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miércoles, 18 de octubre de 2023

Nueva EPS advierte que, el sexo se puede convertir en algo enfermizo

Disfrutar responsablemente de una salud sexual y mantener hábitos saludables es el ideal; sin embargo, preste atención a las siguientes preguntas y síntomas de alarma que dan cuenta de cómo el sexo se convierte en una adicción, es entonces cuando debemos hablar de hipersexualidad. 

Si es usted de las personas que a menudo se preguntan ¿cuánto puede ser demasiado? ¿Puede convertirse en un problema? ¿Cuándo deja de ser normal y pasa a catalogarse como hipersexualidad o adicción sexual? Esta información es de su interés y por esta razón, Nueva EPS invitó a un experto para comprender dicho término.


"El término 'hipersexualidad' es poco conocido y en nuestra sociedad suele verse como algo positivo. Se relaciona con personas que disfrutan con pasión sobre el sexo porque normalmente suelen ser experiencias sexuales agradables, pero no es así", advierte Leonardo Gómez Polania, jefe de Salud Sexual y Reproductiva del hospital Universitario Méderi.


¿Qué es? 
Se trata de un impulso incontrolable de fantasías o conductas sexuales que provoca angustia en quien lo sufre y genera un malestar significativo en todos los ámbitos de la vida, quien lo padece pierde el control y voluntad, toma comportamientos similares a los de un ludópata o persona adicta al juego. 

Consiste en un trastorno, aunque esta palabra a los pacientes no les gusta en absoluto. Sin embargo, es primordial hacer entender al enfermo que lo es para poder empezar a poner fin a su adicción.

Una persona hipersexual lleva una rutina sexual frenética en paralelo, pero puede no tener sexo con su pareja, Por eso se considera como una disociación entre lo emocional y lo físico.


¿Cuáles son esos síntomas? 
Hay que aprender a detectar dónde está el límite entre el simple apetito sexual y la obsesión, cuando estas conductas se convierten en algo imprescindible, compulsivo, y sólo importa saciar el deseo del sexo por encima de todo, es un síntoma de alarma. 
Aquí es cuando indudablemente la persona cierra su mundo y no ve más allá. Comienza a destruir sus hábitos de vida, relaciones, vínculos. La otra persona pasa a convertirse en un mero objeto, imposibilita disfrutar del sexo en plenitud.

En cuánto el diagnóstico, es imprescindible indagar si el paciente padece algún problema de salud mental, si es alcohólico o se droga, si vive en un ámbito de violencia, a fin de descartar que sea un efecto secundario de alguna de estas enfermedades.


¿Se presenta más en mujeres que en hombres? 
Es cierto que hay más hombres que mujeres hipersexuales pues en general, cuando la mujer tiene un trauma tiende a dejar el sexo apartado de su vida, mientras que en el hombre ocurre justo al revés, es decir que para el hombre es más complicado desistir de estas prácticas. 


¿Dr. Gómez Polanía, ¿cuándo se debe buscar ayuda?
La evaluación de la adicción sexual muestra que no necesariamente el problema radica en la frecuencia, sino en el comportamiento, cuando la persona deja de tener autocontrol y de las consecuencias negativas que ello implica. Esta adicción puede ir ligada a la ludopatía o atracción enfermiza al juego, trastornos por aversión y por la comida. Lo anterior trae como consecuencia afectaciones en la dinámica de la familia, problemas laborales por el consumo de material pornográfico en horas de trabajo y malestar personal.

¿Cuáles son esos síntomas de alarma? 
“Muchas personas disfrutan del sexo y necesitan practicarlo a diario, sean solas o en pareja. Es más, tener sexo es algo sano y provee de una serie de beneficios tanto físicos como mentales, pero si su práctica se convierte en un comportamiento obsesivo o un deseo incontrolable, puede constituirse en un signo de alerta”.

¿Cómo podemos definir una adicción?
“Una adicción es una enfermedad crónica y recurrente donde hay una búsqueda del alivio de ella, ya sea a través ya sea el consumo de sustancias u otras conductas similares, que para este caso sería el sexo. El desarrollo de esta conducta lleva a una incapacidad de controlarla y una dificultad para abstenerse y una disminución en el reconocimiento del problema. Esto puede influir en las relaciones interpersonales como influir en respuestas emocionales disfuncionales, lo que termina por alterar la calidad de vida de las personas”. 

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