Hoy les relato un suceso que me ocurrió y aún no lo puedo creer.
Mientras dormía, algo cayó sobre mi rostro, causándome una picazón y una sensación extraña. Mi reacción instintiva fue sacudir con fuerza el cojín que estaba al lado de mi cara. Al caer al suelo, el cojín reveló una sorprendente y fría bala perdida.
Al ver el proyectil en el suelo, me dirigí al baño para examinarme en el espejo. Aunque no había heridas visibles, sentía una picazón y ardor en la piel. Llamé a mi sobrino para mostrarle la bala, su reacción fue revisar que no tenía nada, que estaba bien.
Al principio pensé que la bala entró por la ventana, pero noté que los vidrios estaban intactos, mi sobrino miro hacia el techo y vio el agujero que estaba sobre la cabecera de la cama y junto a la almohada habían restos que cayeron del cielo razo, quizas esas astillas causaron el ardor en mi rostro.
Este incidente me recordó la primera vez que una bala cayo cerca de mi. Hace varios años, mientras estaba sentada en la terraza de la casa de mi madre, un incidente similar ocurrió cuando una bala perdida impactó en la rodilla de mi hermano de crianza. Afortunadamente, el proyectil había perdido fuerza y no le causó daños graves, pero el recuerdo persiste en mi memoria.
Un llamado a la reflexión.
Este incidente nos recuerda que "una bala perdida es un peligro en cualquier parte". Cuando alguien dispara al cielo, no tiene idea de la dirección que toma el proyectil. Muchas personas han perdido la vida debido a balas perdidas, y lo más inquietante es que rara vez se sabe de dónde vino el disparo y otra no saben quién lo dispara.
Escribo este relato para hacer un llamado a la reflexión sobre las prácticas irresponsables de disparar al aire cuando estan bebiendo. "Esos disparos imprudentes convierten a las personas en asesinos culposos. Para algunos, puede parecer una forma de diversión, pero para quienes reciben el proyectil, puede ser el inicio de una pesadilla o incluso el fin de sus días."
Además, insto a las autoridades a intensificar el control sobre quienes consideran que disparar al aire es inofensivo. No basta con realizar campañas ocasionales; es necesario ser persistentes y rigurosos en el combate contra esta práctica peligrosa.
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