Enfermedades infecciosas, respiratorias y problemas crónicos, entre las principales amenazas
Las inundaciones, frecuentes durante la temporada de lluvias, representan un problema más allá de los daños materiales, afectando gravemente la salud pública. La acumulación de agua, el aumento de la humedad y el desplazamiento masivo de personas son factores que facilitan la propagación de enfermedades, advierte el Dr. Leonardo Galindo, neumólogo de la Red Hospitalaria Méderi, consultado por NUEVA EPS.
Infecciones gastrointestinales y dérmicas: un riesgo inmediato
El agua contaminada que circula durante una inundación es el principal vehículo para infecciones gastrointestinales y dérmicas. Consumir agua no potable o entrar en contacto con aguas estancadas puede provocar diarreas severas y complicaciones en heridas abiertas. Estas afecciones pueden agravarse si no se recibe tratamiento oportuno, llevando a problemas crónicos o infecciones generalizadas.
Impacto en enfermedades respiratorias
Aunque las inundaciones no causan directamente infecciones respiratorias, el hacinamiento en refugios temporales aumenta el riesgo de propagación de enfermedades como influenza, COVID-19 y neumonía. *“El segundo pico respiratorio coincide con esta temporada, lo que agrava la situación, especialmente en espacios cerrados donde las personas desplazadas conviven”*, afirma el Dr. Galindo.
Humedad y enfermedades crónicas
El exceso de humedad afecta especialmente a pacientes con asma o EPOC, aumentando el riesgo de exacerbaciones. Estos pacientes deben mantenerse estrictamente adheridos a sus tratamientos y vacunarse contra enfermedades respiratorias, como influenza y neumococo, para evitar complicaciones.
Prevención: clave para reducir los riesgos
El Dr. Galindo recomienda medidas básicas como consumir agua tratada o hervida, evitar el contacto directo con aguas contaminadas y acudir al médico ante los primeros síntomas de infección. La vacunación y una adecuada higiene son fundamentales para proteger a las comunidades vulnerables durante esta temporada.
Las inundaciones, más allá de su impacto inmediato, plantean retos para la salud que requieren una atención integral y preventiva. Trabajar en educación, acceso a servicios médicos y recursos básicos puede marcar la diferencia en estas situaciones críticas.
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