El sector turístico creció un 4,5 %, superando el promedio nacional del 3,5 %, con 69.953 visitantes internacionales y un incremento del 5,6 % en turistas nacionales. La infraestructura hotelera alcanzó los 300 establecimientos, duplicando la capacidad de alojamiento desde 2019. Además, la apertura de nuevas rutas aéreas conecta al Atlántico con destinos clave como Medellín, Cúcuta y San Andrés, consolidando al departamento como un destino emergente destacado en Colombia.
En el agro, se invirtieron $18.000 millones para modernizar distritos de riego y sistemas de drenaje, beneficiando a 8.000 productores. Iniciativas como el programa SER: Soy Empresario del Agro Responsable entregaron insumos a 1.400 agricultores, mientras la siembra de 550.000 alevinos de bocachico en el embalse El Guájaro reactivó la economía rural. Estas estrategias apuntan a fortalecer la vocación agrícola del Atlántico, mejorar la seguridad alimentaria y fomentar el desarrollo sostenible.
La atracción de inversión fue otro pilar en 2024, con 110 reuniones de negocio promoviendo sectores como el agroindustrial, las energías renovables y la economía circular. Proyectos como Cedetextil beneficiaron a 150 pequeños productores, fomentando cadenas de producción con potencial de exportación. Eduardo Verano destacó la importancia de generar líneas de producción competitivas y especializadas para acceder a nuevos mercados.
En 2025, el Atlántico seguirá apostando por la competitividad y la promoción de su riqueza cultural, turística y agroindustrial. Con inversiones estratégicas y proyectos inclusivos, se busca consolidar al departamento como un motor económico de Colombia, con impacto sostenible en sus comunidades y sectores productivos.
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