El exrey Momo 2016 y director de Noche de Tay, Lisandro Polo, lideró una charla sobre saberes tradicionales y pedagogía para la apropiación social del patrimonio cultural.
Como parte de las actividades formativas del Carnaval del Suroccidente, este viernes se llevó a cabo una nueva jornada de la Escuela Taller de Capacitación, con una charla a cargo del exrey Momo 2016 y director de Noche de Tambó, Lisandro Polo, en la Biblioteca Popular del barrio La Paz (BIBLOPAZ).
El tema central de la sesión fue "Saberes Tradicionales y Pedagogía para la Apropiación Social del Patrimonio Cultural", con un enfoque especial en el papel fundamental de la música dentro del Carnaval de Barranquilla.
La música: alma del carnaval
Desde el inicio de su intervención, Lisandro Polo destacó que la música es el eje transversal del Carnaval, enfatizando que "un carnaval sin música es un cementerio colectivo lleno de colores".
Polo recordó los inicios Noche de Tambó, que surgió con el propósito de exaltar los ritmos tradicionales y reivindicar el papel del músico como el verdadero motor de la fiesta. Hace 31 años, los grupos musicales que participaban en eventos carnavaleros eran escasos, pero con la creación de este espacio se les brindó el reconocimiento que se merecen.
Uno de los ejemplos mencionados en el taller fue la canción que se popularizó en los años 30, "Tócame el trigémino", originalmente interpretado por Ricardo Fábrega y su Trio Típico Panameño, está canción era extranjera que conquistó los salones de bailes de esa época.
Evolución musical del Carnaval
Durante su intervención, Polo hizo un repaso por la transformación de los ritmos del Carnaval de Barranquilla a lo largo de los años. En la década de 1930, la música predominante en la ciudad era cubana del género lírico, que se bailaba en los salones burreros de la época.
Otra de las canciones que se convirtió en un icono del Carnaval de Barranquilla, fue la adaptación que el maestro, Antonio María Peñaloza, hizo del poema del español Mariano San Ildefonso, "Te Olvidé", que rápidamente se convirtió en el himno del Carnaval de Barranquilla, y es también la canción del Garabato. Polo resaltó que inicialmente Peñaloza quiso grabar la canción como un chandé, género tradicional de la región.
"La música del carnaval es variada, es un laboratorio sonoro donde las fusiones generan resultados positivos", afirmó Polo.
Con el pasar de los años, surgen otros géneros musicales que nace en el departamento de Bolívar, el Bullerengue, que hoy se conocen cantoras como: La Niña Emilia, Irene Martínez, Petrona Martínez y Totó la Momposina, entre otras mujeres que hacen su aporte cultural. Estas cantadoras comenzaron con cantos de cuna que luego adaptaron a ritmos que encajaron dentro del Carnaval.
Por otro lado, músicos como Gustavo Gutiérrez experimentaron con la fusión de ritmos extranjeros y el folclor costeño, mientras que Aníbal Velázquez, el Rey de la Guaracha, innovó incorporando sonidos internacionales en su música carnavalera, logrando grandes éxitos.
Diversidad rítmica en el Carnaval
El Carnaval de Barranquilla es un espacio donde los géneros musicales se adaptan y evolucionan. Un claro ejemplo de ello es el sesteto cubano, que terminó fusionándose con el folclor del Caribe colombiano y dio paso a agrupaciones emblemáticas como Los Soneros de Gamero, Los Gaiteros de San Jacinto y Los Corraleros de Majagual, por ejemplo.
Cada baile del Carnaval tiene su propio ritmo característico:
- La danza del congo, la cumbia, la puya y el garabato poseen estructuras sonoras únicas que han perdurado en el tiempo.
- La puya por ejemplo, ganó popularidad en los años 70 y hoy sigue siendo uno de los géneros más escuchados.
- La cumbia, por su parte, es un verdadero crisol cultural, resultado de la mezcla entre los aportes de los españoles, los rituales indígenas y las influencias africanas de los esclavizados. Incluso la Iglesia dejó su huella en este género.
El Carnaval, un escenario de innovación musical
Lisandro Polo, concluyó que el Carnaval de Barranquilla es una plataforma para la experimentación musical, donde convergen ritmos autóctonos con nuevas tendencias, permitiendo la evolución y proyección del folclor caribeño a nivel nacional e internacional.
Con este espacio formativo, el Carnaval del Suroccidente reafirma su compromiso con la transmisión de los saberes tradicionales, asegurando que las futuras generaciones comprendan, valoren y preserven la riqueza cultural que hace del Carnaval de Barranquilla una celebración única en el mundo.
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