La Universidad del Norte conmemora 50 años de su programa de Licenciatura en Educación Infantil, pionero en formación docente para la primera infancia, con doble acreditación de alta calidad y un impacto nacional.
El año 1975 marcó un hito en la historia de la educación infantil en Colombia con la creación del entonces Programa de Expertos en Educación Preescolar en la Universidad del Norte. Hoy, medio siglo después, esa iniciativa pionera —convertida en la Licenciatura en Educación Infantil— celebra 50 años de formación, innovación y compromiso social, consolidándose como un referente nacional en la transformación de la educación en la primera infancia.
Durante cinco décadas, este programa ha formado a más de 900 profesionales, cuyas acciones pedagógicas han impactado profundamente en comunidades vulnerables y en el desarrollo de miles de niños y niñas en la región Caribe y el país. Su enfoque se caracteriza por una sólida base académica, reflexión crítica, y una intensa articulación entre teoría y práctica.
Un reconocimiento de ese compromiso es su doble acreditación de alta calidad por 10 años consecutivos, otorgada por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) en 2014 y renovada en 2024, siendo el único programa de Educación en Colombia con este logro.
“Iniciativas como el Proyecto Costa Atlántica y la intervención en barrios vulnerables de Barranquilla generaron modelos de atención integral que inspiraron la creación de los Hogares Infantiles del ICBF”, afirmó Milany Rangel, coordinadora del programa.
Acorde con los tiempos, el programa ha evolucionado. La Resolución 024191 de 2021 introdujo un plan de estudios renovado con énfasis en Bilingüismo y Gestión Educativa, orientado a potenciar las competencias internacionales y de liderazgo en sus egresados. Además, cuenta con más de 250 convenios internacionales que permiten intercambios académicos y dobles programas, como el que ofrece con el pregrado en Psicología.
“Reflexionar desde los contextos reales donde crecen los infantes es el núcleo de nuestra formación”, señaló la docente Liliana Castro, quien enfatiza que los estudiantes del programa diseñan ambientes de aprendizaje armónicos y pertinentes, a partir de una pedagogía activa y contextualizada.
Para Isabella Carrero, estudiante de séptimo semestre, la posibilidad de vincularse a prácticas profesionales desde la mitad de la carrera es uno de los principales diferenciales del programa. “La pedagogía no se limita al aula; también se expresa desde la gestión, la investigación y la pedagogía social”, indicó.
Uno de los más recientes avances del programa es la homologación para egresados de Escuelas Normales Superiores, quienes desde 2024 pueden continuar su formación profesional con el reconocimiento de hasta tres semestres cursados. Esta medida amplía el acceso y cualificación docente desde una base sólida.
“Nuestra formación es práctica desde el primer semestre. Apostamos a transformar realidades desde la infancia”, concluyó Milany Rangel.
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