La obra, que inició el año anterior y que representa una inversión cercana a los $208 mil millones, aún no tiene una fecha clara de entrega, lo que ha generado creciente inconformidad entre la comunidad. El silencio de la Gobernación del Atlántico, encabezada por el gobernador Eduardo Verano, ha intensificado el malestar en medio de reclamos por parte de líderes sociales, transportadores y representantes en la Duma Departamental.
Uno de los puntos críticos se evidenció tras las fuertes lluvias del día anterior, cuando pasajeros de un bus quedaron atrapados en medio de inundaciones. La situación llevó a que tres rutas de transporte público –Coolitoral, Sobusa y Alianza Sodis– anunciaran que dejarán de circular por La Gran Vía, desviando su operación hacia la carrera 46, lo que obliga a 14 mil estudiantes de cinco universidades ubicadas en el corredor universitario a recorrer distancias adicionales para llegar a sus centros de estudio.
“Los líderes del sector aseguran que a diario hay pocos trabajadores en la vía. Hay momentos en los que han visto las obras paralizadas. Con frecuencia se presentan accidentes por el mal estado de la vía y los vehículos presentan constantes daños”, manifestó la diputada Alejandra Moreno Astwood, del Pacto Histórico.
La diputada exigió a la administración departamental informes detallados sobre el estado del proyecto, su financiación y los avances de obra, así como respuestas concretas a las empresas de transporte y a los usuarios afectados. “No es posible seguir afectando a tantas personas sin responder sobre cuál es la realidad de la financiación y la ejecución de este proyecto”, puntualizó.
La comunidad espera un pronunciamiento oficial por parte de la Gobernación del Atlántico, con claridad en los cronogramas de entrega y garantías para la movilidad, especialmente en un sector neurálgico para la educación superior y la economía del departamento.
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