La amenaza del resurgimiento urbano de la fiebre amarilla
Uno de los puntos más críticos expuestos en el encuentro fue la necesidad de detectar tempranamente cambios en los virus, especialmente aquellos que podrían permitirles adaptarse a nuevos vectores urbanos.
Según los expertos, si el virus de la fiebre amarilla llegara a readaptarse a mosquitos urbanos, el riesgo sería significativo.
Asimismo, se subrayó el papel de la genómica como herramienta clave para estudiar casos posvacunales y determinar si existen mutaciones en el virus vacunal atenuado, información fundamental para prevenir brotes y ajustar estrategias de inmunización.
Desafíos urgentes para América Latina
Los especialistas coincidieron en que el mayor reto actual para la región es la vigilancia integral. Esto incluye:
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Detección temprana de virus emergentes —arbovirus, respiratorios y hemorrágicos—.
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Coordinación interinstitucional y compromiso político.
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Fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica y de laboratorio.
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Capacidad de respuesta rápida ante eventos inusuales.
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Reporte oportuno según el Reglamento Sanitario Internacional para evitar la propagación transfronteriza.
La vigilancia, afirmaron, debe entenderse como un sistema completo, articulado y sostenido en el tiempo.
La importancia de la interdisciplinariedad y el trabajo comunitario
Más allá de la medicina y la biología, las ciencias sociales, la comunicación y la antropología fueron resaltadas como disciplinas esenciales en la preparación ante emergencias sanitarias.
Los expertos recordaron que enfermedades como la fiebre amarilla involucran salud humana, animal y ambiental, por lo que la participación de líderes comunitarios, comunicadores y antropólogos resulta indispensable para:
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Explicar los riesgos con claridad.
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Traducir el lenguaje técnico al contexto local.
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Identificar comportamientos inusuales en los territorios.
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Lograr la colaboración de las comunidades en la detección temprana.
Sin una comunicación efectiva, señalaron, es difícil que la población comprenda la magnitud del riesgo o actúe de manera preventiva.
Barranquilla, sede estratégica para discutir los retos de la región
Acoger este congreso representa una oportunidad para Barranquilla y la región Caribe, al consolidarse como un espacio de reflexión científica y compromiso institucional.
Realizarlo en una universidad, señalaron los ponentes, evidencia el papel central de la academia en la salud pública, especialmente en:
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La generación de conocimiento.
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La investigación aplicada.
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La formulación de estrategias de respuesta regional.
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La articulación entre salud humana, animal y ambiental.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reiteró su disposición de trabajar junto con la academia local para fortalecer estos procesos.
Un llamado a la responsabilidad individual y colectiva
El mensaje final a los asistentes destacó que la primera responsabilidad frente a los virus emergentes recae en cada persona. Por ejemplo, quienes ingresen a áreas de riesgo deben estar vacunados contra la fiebre amarilla.
A nivel comunitario, se enfatizó la importancia de reportar enfermedades inusuales o cambios llamativos en el entorno, ya que estos son los primeros indicios de un posible evento emergente.
Finalmente, se instó a los tomadores de decisiones a fortalecer las cadenas de vigilancia y promover un trabajo intersectorial sólido, elementos que serán determinantes para enfrentar los desafíos sanitarios que hoy amenazan a América Latina.


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