Cuidar la salud de los niños es un tema que nos compromete a todos y establecer rutinas saludables desde ya es una inversión positiva que les durará toda la vida. Por esta razón, la Dra. Luz Marina Mejía, coordinadora de pediatría del Instituto Roosevelt, resalta los cuatro aspectos más importantes a tener en cuenta para garantizar su sano desarrollo:
1. Alimentación saludable:
La alimentación sana le permite al niño tener un desarrollo adecuado, fortalecer sus habilidades y prevenir la aparición de enfermedades.
Dentro de la alimentación balanceada de los niños debe incluirse: Proteínas, dos o tres porciones al día; leche, carne, pollo y huevos. Consumir al día mínimo dos frutas y al menos de dos a tres porciones de verduras de colores variados. Es importante incluir cereales, leguminosas como frijol o lenteja, restringir el consumo de azúcares y tomar agua para mantenerlos hidratados.
El secreto está en explicarle al niño la importancia de la alimentación, siendo ejemplo para ellos e involucrarlos en su preparación.
2. Ejercicio:
Sin duda, el ejercicio ayuda a los niños a disminuir el estrés, sentirse bien con ellos mismos, tener un aprendizaje adecuado, mantener un peso saludable, buenas condiciones de salud y contar con buenos hábitos de sueño.
Algunas de las actividades físicas más recomendados son: caminar, montar en bicicleta, bailar, practicar yoga, natación, etc. Se recomienda como mínimo una hora de ejercicio cada día.
3. Salud emocional:
Un niño es emocionalmente competente cuando sus necesidades de pertenencia, aceptación y amor quedan cubiertas. Se siente valorado, comprendido, reconocido, siente ganas de aprender, está motivado, se relaciona con facilidad y no tiene miedo a hacer cosas nuevas. Puede reconocer sus propias emociones y las de los demás, tiene un nivel de conciencia y autoconocimiento que le ayuda a saber relacionarse con sus semejantes.
Una recomendación para los papás es aceptarlos como son, amarlos, acompañarlos y potenciarlos, dejando que manifiesten sus emociones y ayudándolos a canalizarlas de una manera positiva.
4. Ambiente saludable:
Para que los niños tengan un desarrollo adecuado a nivel físico y emocional es importante proveerles seguridad en la casa y en el colegio, darles una adecuada nutrición, un hogar estable donde sea tratado con respeto, escuchado, que reciba amor incondicional. Cuando los niños crecen en un ambiente donde sus necesidades psicológicas y emocionales son cubiertas, pueden desarrollar sus habilidades de una manera apropiada.
Adicionalmente, cuando los niños crecen en ambientes propicios, con el acompañamiento amoroso de sus padres, siempre guiados por el buen ejemplo, se puede garantizar un correcto crecimiento y desarrollo.
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