En el marco del Día Mundial del Riñón que se conmemora el próximo 14 de marzo, Colombia se destaca por la continua realización de trasplantes, crucial a la hora de preservar la vida de los pacientes que padecen enfermedades renales crónicas.
Según el
último reporte del Ministerio de salud, a corte del mes de septiembre del año
2023 se llevaron a cabo un total de 712 trasplantes de este órgano. Esta
tendencia significativa se relaciona con la susceptibilidad a condiciones como
la hipertensión, diabetes, infecciones urinarias, afecciones hereditarias y el
uso prolongado de ciertos medicamentos, entre otros factores.
Aunque en
muchas ocasiones los problemas renales no están bajo nuestro control, existen
hábitos alimenticios y de ejercicio que se pueden considerar para mejorar la
salud de tan importante órgano.
Si no lo
sabía, los riñones son clave para limpiar el cuerpo ya que son los encargados
de eliminar desechos y mantener el equilibrio químico. Cada día, filtran
alrededor de 180 litros de sangre, produciendo entre 1 y 2 litros de orina para
desechar toxinas, además, de su función depurativa, regulan la presión arterial
y producen hormonas esenciales como la eritropoyetina para glóbulos rojos, y
activan la vitamina D para absorber calcio y fósforo.
En este contexto, el área de Promoción y
Prevención de NUEVA EPS en colaboración con la Dra. Daniela Aldana,
Coordinadora de Trasplantes de la red hospitalaria de Méderi, quieren informar
a la comunidad sobre la vital importancia de generar conciencia sobre el
cuidado de los riñones, con el propósito de reducir las consecuencias
significativas que impactan la calidad de vida de las personas.
¿Cuáles son las medidas preventivas recomendadas para
evitar el deterioro de la función renal?
“El deterioro de la función renal es un
proceso gradual que ocurre en el contexto de enfermedades crónicas. Para
prevenir este deterioro, es esencial controlar las enfermedades subyacentes o,
en su ausencia, evitar adquirirlas. Las medidas preventivas clave incluyen el
control de enfermedades como la hipertensión, la diabetes y la obesidad, que
han demostrado tener un impacto significativo en la función renal.
Es importante tener en cuenta que, con el tiempo, todos
experimentamos cierto grado de deterioro en la función renal, lo que puede
requerir ajustes en las fórmulas de cálculo. Sin embargo, cuidar la salud renal
de manera proactiva es fundamental para retrasar o evitar un deterioro
prematuro. Además, es crucial evitar la automedicación, ya que el acceso fácil
a medicamentos sin la debida orientación puede contribuir al deterioro de la
función renal, incluso sin la presencia de enfermedades subyacentes.”
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