El secretario señaló que en Colombia el INS ha comprobado 57 casos, de los cuales, 55 se presentaron en el departamento del Amazonas, pero ninguno en el Atlántico.
Lo anterior confirma lo publicado en un estudio de febrero de 2024, por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Organización Mundial de la Salud (OMS) en el que indica que los brotes por virus Oropouche registrados en los últimos diez años han tenido lugar principalmente en la región amazónica.
Ese mismo informe señala que la fiebre de Oropouche es una enfermedad emergente en la región amazónica, que ha afectado a varios países de América Latina, que se transmite por la picadura del mosquito Culicoides paraensis y produce un cuadro similar al dengue.
El virus tiene un periodo de incubación de 4 a 8 días, el inicio es súbito, generalmente presenta síntomas como fiebre, cefalea (dolor de cabeza), dolores en huesos y/o articulaciones, escalofríos, y a veces náuseas acompañadas de vómitos persistentes hasta 5 a 7 días, asó como ocasionalmente puede presentarse meningitis aséptica.
No obstante, la mayoría de los casos se recuperan dentro de los siete días y en algunos pacientes la convalecencia puede demorar semanas.
Cabe indicar que en el país, un estudio publicado a finales de 2022, realizado por la Universidad Nacional de Colombia, dio cuenta de 87 casos ocurridos entre 2019 y 2021, en cuatro ciudades del país: Cúcuta (3 casos), Cali (3 casos), Leticia (43 casos) y Villavicencio (38 casos), los cuales fueron identificados a través del análisis retrospectivo por laboratorio de muestras de casos de enfermedad febril aguda. Los casos fueron confirmados por el laboratorio de su sede en Medellín y sus resultados fueron corroborados por el Laboratorio Nacional de Referencia del Instituto Nacional de Salud en 2023.
Ahora bien, el secretario de Salud alertó a la población a estar atentas sí presentan los síntomas como los mencionados para que se acerquen a los servicios médicos, ya que podría tratarse de dengue.
PREVENCIÓN Y CONTROL VECTORIAL
No obstante, la prevención y control vectorial deben ser medidas para evitar la propagación del virus, mediante la identificación y eliminación de los lugares de desarrollo y reposo de los vectores, a través de evitar la acumulación de residuos que sirvan de sitios de reproducción y reposo del mosquito; asimismo, vigilar el rellenado o drenaje de agua, charcas o sitios de anegación temporal que pueden servir como sitios de oviposición de las hembras y criaderos de larvas de mosquitos; también eliminar malezas alrededor de las casas.
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