En los útilmos años, la danza del Congo Reformado le rinde homenaje y respeto a sus antecesores, transmitiendo a su vez la tradición a sus descendientes, visitar al cementerio donde yacen los restos de los creadores de la danza, los padres de Julio Sánchez Stevenson, director y rey Momo del carnaval 2007, quien acompañado de sus familiares y demás miembros del grupo llegan a despedirse, en el silencio sagrado del cementerio Calancala.
Un ritual entre la vida y la muerte
Desde hace varios años, el Congo Reformado visita el cementerio Calancala antes de su última presentación. Con tambores y versos, la familia Sánchez Stevenson rinde homenaje a sus ancestros, especialmente a los padres de Julio, quienes dejaron como legado la tradición de la danza.
"Esto lo hacemos con el permiso de Dios, honrar a nuestros antecesores dándole gracias por todo el legado que nos dejaron, la danza del Congo Reformado, una danza con tradición familiar", expresa Julio Sánchez frente a la tumba de sus padres.
Entre cánticos de despedida, los integrantes derraman un trago de ron sobre las lápidas como señal de gratitud y respeto, mientras las lágrimas se mezclan con los últimos acordes del tambor. Este ritual, que antes se realizaba el sábado de Carnaval, ahora se ha trasladado al martes como una forma simbólica de cerrar la fiesta con gratitud por las bendiciones recibidas.
Después de la visita al cementerio, el Congo Reformado regresa a las calles para participar en el desfile final de lña calle 84. Con entusiasmo y disciplina, la agrupación se entrega al público con su baile tradicional, reafirmando su lugar como una de las danzas más organizadas y con mayor arraigo del Carnaval.
El paso firme de los Congos, los versos que brotan desde lo más profundo y los aplausos de los espectadores sellan una jornada donde la tradición se vive entre el dolor y la alegría.
Tres desfiles para despedir la fiesta
El martes de Carnaval, Barranquilla vive sus últimas horas con tres desfiles tradicionales: el desfile de la calle 84, la Conquista de la carrera 8 y el Entierro de Joselito Carnaval. Cada recorrido se convierte en un homenaje a la cultura, con danzas, disfraces y letanías que mezclan la sátira con la nostalgia.
Las últimas horas del Carnaval son un canto a la resistencia de un pueblo que ha hecho de la alegría su mejor patrimonio. Entre la resaca y el orgullo, los barranquilleros saben que la mecha se apaga solo por un tiempo... porque en el carnaval 2025, "En Barranquilla, se baila así".
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