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Foto: Juan Sebastián |
Vestidos de blanco como símbolo de paz y esperanza, los barranquilleros se unieron en una marcha solemne dentro y fuera del templo para expresar su rechazo contundente a los actos violentos, los atentados y el lenguaje de odio que ha ganado espacio en el debate nacional.
Atlántico se une en una sola voz por la vida y la democracia
Entre los asistentes, estuvo el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano De la Rosa, quien envió un mensaje claro y firme:
“Debemos unirnos y no permitir que la violencia se apodere de nuestro país. Hoy fue Miguel Uribe, mañana podría ser otro. Los atlanticenses decimos con una sola voz: no más odio, no más violencia. Queremos una Colombia de respeto, convivencia y paz”, afirmó Verano.
El mandatario resaltó que este tipo de actos deben despertar un llamado nacional a la unidad por la vida, la democracia y el respeto mutuo, en un país que no había registrado atentados contra candidatos presidenciales desde hace tres décadas.
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Foto: Juan Sebastián |
El evento contó con la presencia de reconocidas figuras del ámbito político, entre ellas el presidente del Senado, Efraín Cepeda, quien afirmó:
“Los buenos somos más. No más indiferencia. Hoy Colombia debe levantarse a rechazar la violencia. Nuestra oración está con Miguel Uribe y su familia, y con todos los que sueñan con una Colombia segura, libre y democrática”.
A las afueras de la Catedral también se hizo presente el concejal Juan José Vergara, quien llamó a la ciudadanía a repensar el país desde el respeto, la serenidad y la paz:
“Es momento de transformar nuestros pensamientos y acciones. Colombia merece vivir en orden y tranquilidad. Nuestra oración y solidaridad está con Miguel Uribe y con todo aquel que lucha por una nación justa”, señaló.
Un país que clama por respeto y reconciliación
La jornada se desarrolló en calma y con un ambiente de profunda espiritualidad. Los asistentes encendieron velas y elevaron plegarias por la recuperación del senador Uribe Turbay, por las víctimas del conflicto y por un país donde se respete la separación de poderes y los valores democráticos.
Este acto simbólico se suma al llamado nacional que clama por una Colombia libre de miedo, donde la vida y la paz prevalezcan sobre la violencia y el odio.
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