Luciendo vestuarios inspirados en la emblemática danza de los Diablos de Sabanalarga, los pequeños embajadores conquistaron al público que se agolpó en la Quinta Avenida, donde fueron ovacionados por su energía, brillo y autenticidad. Sus trajes, elaborados con telas resplandecientes, cascabeles y máscaras multicolores, representaron el fuego, la pasión y la fuerza del pueblo barranquillero.
El diablo arlequín, símbolo del Carnaval de Barranquilla, no evoca el mal sino la alegría, el juego y el carácter festivo de una cultura que celebra su identidad a través del baile y la creatividad popular. En este homenaje, Ashley y Germán visitaron previamente el municipio de Sabanalarga, cuna de esta danza tradicional, donde conocieron la historia y los símbolos que la hacen una de las más representativas del Atlántico.
Durante su paso por la Quinta Avenida, los llamados “herederos de la tradición” se robaron los aplausos de la multitud, que celebró con entusiasmo el arte, el talento y la autenticidad de los pequeños reyes. Su participación no solo fue un tributo a las raíces, sino también una demostración de cómo las nuevas generaciones mantienen viva la herencia cultural del Carnaval.
En el marco de su visita a Nueva York, Ashley y Germán también participaron en la Gran Guacherna en Times Square, un evento que congrega a la comunidad colombiana residente en Estados Unidos, y recibieron una distinción especial del Consulado de Colombia por su papel como embajadores de la cultura caribeña y del Carnaval de la 44.
Con esta participación, la organización del Carnaval de la 44 reafirma su compromiso con la proyección internacional de la fiesta a través de la iniciativa #ElBordilloTraspasaFronteras, que busca llevar el folclor, la música y la tradición barranquillera a escenarios donde la identidad se celebra más allá de las fronteras.
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