La conmemoración de la Inmaculada se transforma en una festividad arraigada en las regiones del Caribe colombiano. En Barranquilla, esta celebración se conoce como la fiesta de Velitas, donde residentes y visitantes celebran la tradición de manera única, algunos encendiendo velas a la virgen durante la noche, otros al inicio de la madrugada, y algunos pocos que amanecen festejando la fiesta para encender las velas.
El siete de diciembre, en Barranquilla, adquiere un significado particular: amanecida y rumba. Mientras algunos organizan fiestas en sus hogares, otros prefieren disfrutar la noche en estaderos y discotecas con amigos y familiares, para luego regresar a casa en las primeras horas de la madrugada y encender las velitas. Sin embargo, para algunos, esta tradición pasa desapercibida.
De dónde viene la tradición.
La raíz de esta costumbre se encuentra en la religión católica y fue proclamada por el Papa Pío IX en la Bula Ineffabilis Deus el 8 de diciembre de 1854. Según la historia, creyentes de todo el mundo celebraron con velas la antesala a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el momento en que fue concebida como la madre de Jesús.
En Colombia, país de predominante tradición católica, se mantiene viva la costumbre del día de las velitas. Según el Vaticano, entre los países con más fieles católicos se encuentran Brasil, México, Filipinas, Estados Unidos, Italia, Colombia, España, Italia y Argentina. La noche del ocho de diciembre ilumina Barranquilla con la mezcla de fervor religioso y celebración cultural.
Fiesta de Velitas y el uso de la pólvora.
A pesar de la prohibición de la pólvora, está se vende como pan caliente de manera clandestina.
Ni las campañas y los operativos de la policía logran acabar con la venta de velitas vengala, tranqui tranqui, volcanes, entre otros. Muchos hogares barranquilleros festejan la noche de velitas acompañado con la quema de pólvora, tanto así, que al ir finalizando la noche del siete, se escucha la explosión de la pólvora reflejada en el cielo con luces de colores que alegran el rostros de la gente.
Está tradición de quemar pólvora en la noche y madrugada de las velitas, es algo que no se ha podido controlar, que a pesar del riesgo y el efecto dañino de la pólvora, en algunos hogares, se puede apreciar a los adultos prendiendo velitas vengalas, volcanes y traqui traqui, con alegría.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario