Adolfo Maury Cabrera, de 55 años, es la cuarta generación de una familia que ha mantenido viva la tradición del Congo Grande, danza con 150 años de historia. Bajo su liderazgo, el grupo ha obtenido 17 Congos de Oro, ha recibido el Premio Aporte a la Tradición y ha llevado la cultura barranquillera a escenarios internacionales como Miami, Nueva York, Japón y Madrid. Su designación como Rey Momo coincide con el aniversario del Congo Grande, declarado en 2025 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación.
Los niños también tendrán sus soberanos. Sharon Acosta, de 11 años, estudiante del Royal School, es hija del cantante Alcibiades “El Checo” Acosta y nieta de Alci Acosta, lo que la convierte en heredera de una dinastía musical del Carnaval. Pianista, gimnasta y apasionada por la danza desde los tres años, Sharon representa el talento artístico de la nueva generación.
Por su parte, Joshua Enrique Ortiz, de 10 años, integra el Garabatico de la 8, donde encarna a la Muerte. Hijo de Enrique Ortiz y nieto de Martha Salas, ha participado en la Cumbiamba La Revoltosa y en el grupo de mapalé Afro King. Actualmente es Caporal del Garabatico de la 8 y estudiante del colegio IED María Cano, desde donde inspira a otros niños a valorar la riqueza cultural del Carnaval.
Con la designación de los soberanos infantiles y del Rey Momo, Barranquilla completa su monarquía carnavalera y se prepara para vivir una fiesta llena de tradición, música y alegría. “Los reyes del Carnaval son un símbolo de familia, de legado y de orgullo. En ellos se refleja que el Carnaval se hereda y se comparte entre generaciones”, afirmó Juan José Jaramillo, director de Carnaval de Barranquilla.


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